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Los hermanos Burgo volvieron a demostrar que a bordo de su Mitsubishi EVO VIII son uno de los equipos favoritos para alzarse con la victoria final en el Campeonato Gallego. Tras la gran exhibición realizada en el Rali do Cocido, le tocaba el turno al Rallye Ría de Noia. Se trata esta de una de las pruebas que mejor se les da a los lucenses, que en los dos años anteriores habían subido a lo más alto del podium al final de la carrera.
Por su parte, Pablo Rey y Carlos Ameneiro disputaban una nueva carrera con su Mitsubishi EVO IX. Aunque el dúo naronés no logró repetir el excelente resultado alcanzado en Lalín, teniendo en cuenta la excepcional lista de inscritos en Noia su octavo puesto en la General y cuarto de Grupo N tiene que valorarse apropiadamente. Lo mismo puede decirse de la novena plaza conseguida por los hermanos Casares, que después del abandono de Lalín lograban llevar su Mitsubishi EVO IX hasta el parque cerrado final. No tuvo tanta suerte Fernando Rico, que por problemas mecánicos tuvo que abandonar y no pudo completar el recorrido del rallye.
En lo que se refiere a los pilotos Rallycar inscritos dentro del Volante RACC, los resultados conseguidos no fueron demasiado brillantes. Los hermanos Díaz, que en el Cocido habían demostrado un buen nivel, tuvieron muchos problemas en Noia, lo que los retrasó mucho en la clasificación general aunque al final lograron terminar en la octava plaza lo que les sirve para mantenerse terceros en la clasificación general. Por su parte, Juan Prado, que en Lalín no pudo salir por problemas personales, terminó decimoquinto.